Café Kafkiano
Un americano recordando la Carta al padre
AMERICANO
Eduardo Cruz
7/8/20244 min read


Viernes 6 de julio
Los días han pasado de forma apacible, casi monótona. Y sin embargo me encuentro ante la dicha de haber cursado una semana más en la ruta que hace varias semanas me tracé. Con ello, el día de hoy con calma y acompañado de un café recién colado, grande; me he decidido reflexionar sobre un autor (que he leído poco, lo confieso) que me ha gustado mucho.
Franz Kafka
Mi historia con Kafka es un poco más personal que con otros autores. Lo conocí por pura suerte, sin buscarlo. Llegue a su libro Carta al padre más por el título de la obra, que por el propio autor.
Confieso que al leer la contraportada me sentí identificado con el texto, razón por la cual me decidí a comprarlo para incluirlo en mi interminable lista de 'libros por leer’. Pero el día llegó por el 2015-16 y por fin me decidí a leerlo.
Al pasar el tiempo y gracias a un viaje relacionado con mi trabajo; específicamente más relacionado a la habilidad compartida de mi compañero de viaje y mía de aprovechar momentos libres, nos dimos una escapada para conocer Praga.
Sin saberlo verdaderamente, fui atraído cual polilla hacía la ciudad que le vió nacer en el año 1883. Y tuve la oportunidad de conocer su casa, y tomarle una foto (aunque fue a escondidas porque técnicamente, “estaba prohibido”).


La casa 22 del Callejón de Oro ubicada en el Castillo de Praga. El lugar donde Kafka vivió solamente 1 año, mudándose en 1916. Pero el lugar que vió el surgimiento y la publicación de relatos como “Un médico rural", “El castillo“ y, donde comenzó a escribir -quizá la mas popular de todas sus obras- “La metamorfosis”.
Al día de hoy, y en honor al autor que la habito y le dió la fama, se encuentra una pequeña librería.
"El gesto de amargura del hombre es, con frecuencia, sólo petrificado azoramiento de un niño." -Franz Kafka
Un café Kafkiano
El realismo con toques absurdos y grotescos. Creo que es fácil sentirse de alguna forma fascinado, quizá hasta identificado o incluso motivado, por la obra de Kafka. Y es que, si consideramos que fue un abogado que trabajó en una compañía de seguros; cuyos escritos los realizaba en su tiempo libre. Me parece fascinante que su obra sea tan reconocida.
Como comenté al inicio, Carta al padre fue la primer obra que leí de él. Me pareció sumamente intrigante el título, más aún conocer que se trata de una verdadera carta -nunca entregada- que el propio autor redacto a su padre: Hermann Kafka.
La carta es una especie de ejercicio de catarsis que el autor realiza y en la que expresa una especie de resentimiento y de sensación de insuficiencia frente a su figura paterna. Y aquí no creo que esté solo. Considero que no hace falta ser un psicólogo para entender estas emociones, especialmente la “sensación de insuficiencia” que a lo largo de las más de cien páginas, Kafka nos parece transmitir (aunque con la intención original de hacerlo hacía su progenitor).
Al mismo tiempo es una ventana. Muestra la relación y la dinámica familiar que existía entre su padre (Hermann) y él. Y al mismo tiempo, muestra como muchos elementos de esa dinámica “padre-hijo“, trascienden las barreras temporales y culturales. Casi como si estuviera de alguna forma impregnado en nuestros genes esa necesidad de ganarnos el reconocimiento y la aprobación paterna. La validación de que nos hemos convertido en adultos, que estamos a la altura de proseguir en nuestro propio camino.
"Cada hombre lleva en sí una habitación. Es un hecho que nos confirma nuestro propio oído. Cuando se camina rápido y se escucha, en especial de noche cuando todo a nuestro alrededor es silencio, se oyen, por ejemplo, los temblores de un espejo de pared mal colgado." -Franz Kafka
Entiendo que esta carta, cuyo propósito no era el ser publicada, ha servido y sirve para adentrarnos (especialmente a los eruditos y estudiosos) en la psicología y el pensamiento del autor. Sin duda en mi opinión, brinda un gran contexto para sus demás obras.
Con el sorbo final
Muchas veces he escuchado el término “kafkiana(o)“ en muchas ocasiones (que sí como yo, no sabías su significado, es un término que describe situaciones absurdas y opresivas, típicas en sus relatos).
Creo que es una muestra de que alguien, en este caso Kafka ha traspasado muchas barreras en términos de legados.
Al día de hoy, el Callejón de Oro es una espacio de peregrinaje para los amantes de este autor, para los turistas curiosos y para personas como yo, con mucha suerte. Su obre “El proceso“ cuenta con una adaptación cinematográfica y también ha habido obras de teatro que han utilizado relatos de Kafka como temáticas centrales.


Libros escritos de forma directa, sin tanto revuelo; con los que conectas y te puedes identificar. Un autor que quiero seguir leyendo y conociendo, aunque eso signifique ampliar aún mas esa lista de libros "por leer”. Pero a quien considero que vale mucho la pena por lo menos, darle una oportunidad.
"La fortuna es comprender que el suelo sobre el que te encuentras no puede ser más grande que los dos pies que lo cubren." -Franz Kafka
Y con el último sorbo de mi café, me despido.